Dicotomía Incruenta.


Siempre llega mi mano

más tarde que otra mano que se mezcla a la mía

y forman una mano.


Cuando voy a sentarme

advierto que mi cuerpo

se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse

adonde yo me siento.


Y en el preciso instante
de entrar en una casa,

descubro que ya estaba

antes de haber llegado.


Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,

y que mientras me rieguen de lugares comunes,

ya me encuentre en la tumba,

vestido de esqueleto,

bostezando los tópicos y los llantos fingidos.


Oliverio Girondo.

Compañeros de Ruta