Te dejo con tu vida
tu trabajo tu gente 
con tus puestas de sol y tus amaneceres.
Sembrando tu confianza
te dejo junto al mundo 
derrotando imposibles 
segura sin seguro.
Te dejo frente al mar
descifrándote a solas 
sin mi pregunta a ciegas 
sin mi respuesta rota.
Te dejo sin mis dudas 
pobres y malheridas 
sin mis inmadureces 
sin mi veteranía.
Pero tampoco creas a pie juntillas todo,
no creas nunca creas este falso abandono.
Estaré donde menos lo esperes
por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos.
Estaré en un lejano horizonte sin horas 
en la huella del tacto 
en tu sombra y mi sombra.
Estaré repartido en cuatro o cinco pibes 
de esos que vos mirás y enseguida te siguen.
Y ojala pueda estar
de tu sueño en la red esperando tus ojos y mirándote.
Mario Benedetti.

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