Irse.


Cada vez que te vayas de vos misma,

no olvides que te espero

en tres o cuatro puntos cardinales.

Siempre habrá un sitio, dondequiera,

con un montón de bienvenidas,

todas te reconocen desde lejos

y aprontan una fiesta tan discreta

sin cantos, sin fulgor, sin tamboriles,

que sólo vos sabrás que es para vos.

Cada vez que te vayas de vos misma,

procurá que tu vida no se rompa

y tu otro vos no sufra el abandono.


Y por favor no olvides que te espero,

con este corazón recién comprado

en la feria mejor de los domingos.

Cada vez que te vayas de vos misma

no destruyas la vía de regreso

volver es una forma de encontrarse

y así verás que allí también te espero.



Mario Benedetti.

Compañeros de Ruta