Cansancio.


Cansado.

¡Sí!

Cansado

de usar un solo bazo,

dos labios,

veinte dedos,

no sé cuántas palabras,

no sé cuántos recuerdos,

grisáceos,

fragmentarios.


Cansado,muy cansado

de este frío esqueleto,

tan púdico,

tan casto,

que cuando se desnude

no sabré si es el mismo

que usé mientras vivía.


Cansado.

¡Sí!

Cansado

por carecer de antenas,

de un ojo en cada omóplato

y de una cola auténtica,

alegre,

desatada,

y no este rabo hipócrita,

degenerado,

enano.


Cansado,

sobre todo,

de estar siempre conmigo,

de hallarme cada día,

cuando termina el sueño,

allí, donde me encuentre,

con las mismas narices

y con las mismas piernas;

como si no deseara

esperar la rompiente con un cutis de playa,

ofrecer, al rocío, dos senos de magnolia,

acariciar la tierra con un vientre de oruga,

y vivir, unos meses, adentro de una piedra.



Oliverio Girondo.

Dicotomía Incruenta.


Siempre llega mi mano

más tarde que otra mano que se mezcla a la mía

y forman una mano.


Cuando voy a sentarme

advierto que mi cuerpo

se sienta en otro cuerpo que acaba de sentarse

adonde yo me siento.


Y en el preciso instante
de entrar en una casa,

descubro que ya estaba

antes de haber llegado.


Por eso es muy posible que no asista a mi entierro,

y que mientras me rieguen de lugares comunes,

ya me encuentre en la tumba,

vestido de esqueleto,

bostezando los tópicos y los llantos fingidos.


Oliverio Girondo.

Alegria.


Llegué por el dolor a la alegría.

Supe por el dolor que el alma existe.

Por el dolor, allá en mi reino triste,

un misterioso sol amanecía.


Era alegría la mañana fría

y el viento loco y cálido que embiste.

( Alma que verdes primaveras viste

maravillosamente se rompía. )


Así la siento más. Al cielo apunto

y me responde cuando le pregunto

con dolor tras dolor para mi herida.

Y mientras se ilumina mi cabeza

ruego por el que he sido en la tristeza

a las divinidades de la vida.



José Hierro.

Morir Soñando.



Au fait, se disait-il a lui-même, il parait que

mon destin est de mourir en rêvant
(Stendhal, Le Rouge et le Noir, LXX, «La tranquillité»)










Morir soñando, sí, mas si se sueña

morir, la muerte es sueño; una ventana

hacia el vacío; no soñar; nirvana;

del tiempo al fin la eternidad se adueña.


Vivir el día de hoy bajo la enseña

del ayer deshaciéndose en mañana;

vivir encadenado a la desgana

¿es acaso vivir? ¿y esto qué enseña?


¿Soñar la muerte no es matar el sueño?

¿Vivir el sueño no es matar la vida?

¿A qué poner en ello tanto empeño?:


¿aprender lo que al punto al fin se olvida

escudriñando el implacable ceño

-cielo desierto- del eterno Dueño?



Miguel De Unamuno.


Cerrando Circulos.


Siempre es preciso saber cuándo se acaba una etapa de la vida. Si insistes en permanecer en ella más allá del tiempo necesario, pierdes la alegría y el sentido del resto. Cerrando círculos, o cerrando puertas, o cerrando capítulos, como quieras llamarlo. Lo importante es poder cerrarlos, y dejar ir momentos de la vida que se van clausurando.


¿Terminó tu trabajo?, ¿Se acabó tu relación?, ¿Ya no vives más en esa casa?, ¿Debes irte de viaje?, ¿La relación se acabó? Puedes pasarte mucho tiempo de tu presente "revolcándote" en los porqués, en rebobinar el cassette y tratar de entender por qué sucedió tal o cual hecho. El desgaste ya a ser infinito, porque en la vida, tú, yo, tu amigo, tus hijos, tus hermanos, todos y todas estamos encaminados hacia ir cerrando capítulos, ir dando vuelta a la hoja, a terminar con etapas, o con momentos de la vida y seguir adelante.


No podemos estar en el presente añorando el pasado. Ni siquiera preguntándonos porqué. Lo que sucedió, sucedió, y hay que soltarlo, hay que desprenderse. No podemos ser niños eternos, ni adolescentes tardíos, ni empleados de empresas inexistentes, ni tener vínculos con quien no quiere estar vinculado a nosotros. ¡Los hechos pasan y hay que dejarlos ir!


El pasado ya pasó. No esperes que te lo devuelvan, no esperes que te reconozcan, no esperes que alguna vez se den cuenta de quién eres tú... Suelta el resentimiento. El prender "tu televisor personal" para darle y darle al asunto, lo único que consigue es dañarte lentalmente, envenenarte y amargarte.


La vida está para adelante, nunca para atrás. Si andas por la vida dejando "puertas abiertas", por si acaso, nunca podrás desprenderte ni vivir lo de hoy con satisfacción. ¿Noviazgos o amistades que no clausuran?, ¿Posibilidades de regresar? (¿a qué?), ¿Necesidad de aclaraciones?, ¿Palabras que no se dijeron?, ¿Silencios que lo invadieron? Si puedes enfrentarlos ya y ahora, hazlo, si no, déjalos ir, cierra capítulos. Dite a ti mismo que no, que no vuelven. Pero no por orgullo ni soberbia, sino, porque tú ya no encajas allí en ese lugar, en ese corazón, en esa habitación, en esa casa, en esa oficina, en ese oficio.


Tú ya no eres el mismo que fuiste hace dos días, hace tres meses, hace un año. Por lo tanto, no hay nada a qué volver. Cierra la puerta, da vuelta a la hoja, cierra el círculo. Ni tú serás el mismo, ni el entorno al que regresas será igual, porque en la vida nada se queda quieto, nada es estático. Es salud mental, amor por ti mismo, desprender lo que ya no está en tu vida.


Recuerda que nada ni nadie es indispensable. Ni una persona, ni un lugar, ni un trabajo. Nada es vital para vivir porque cuando tú viniste a este mundo, llegaste sin ese adhesivo. Por lo tanto, es costumbre vivir pegado a él, y es un trabajo personal aprender a vivir sin él, sin el adhesivo humano o físico que hoy te duele dejar ir.



Paulo Coelho.

Entre Siempre y Jamás.


Entre siempre y jamás

el rumbo el mundo oscilan

y ya que amor y odio

nos vuelven categóricos

pongamos etiquetas

de rutina y tanteo


-jamás volveré a verte

-unidos para siempre

-no morirán jamás

-siempre y cuando me admitan

-jamás de los jamases

-(y hasta la fe dialéctica

de) por siempre jamás

-etcétera etcétera


de acuerdo

pero en tanto

que un siempre abre un futuro

y un jamás se hace un abismo

mi siempre puede ser

jamás de otros tantos


siempre es una meseta

con borde con final

jamás es una oscura

caverna de imposibles

y sin embargo a veces

nos ayuda un indicio


que cada siempre lleva

su hueso de jamás

que los jamases tienen

arrebatos de siempres


así

incansablemente

insobornablemente

entre siempre y jamás

fluye la vida insomne

pasan los grandes ojos

abiertos de la vida.




Mario Benedetti.

Defensa De La Alegria.


Defender la alegría como una trinchera

defenderla del escándalo y la rutina

de la miseria y los miserables

de las ausencias transitorias y las definitivas


defender la alegría como un principio

defenderla del pasmo y las pesadillas

de los neutrales y de los neutrones

de las dulces infamias y los graves diagnósticos


defender la alegría como una bandera

defenderla del rayo y la melancolía

de los ingenuos y de los canallas

de la retórica y los paros cardiacos

de las endemias y las academias


defender la alegría como un destino

defenderla del fuego y de los bomberos

de los suicidas y los homicidas

de las vacaciones y del agobio

de la obligación de estar alegres


defender la alegría como una certeza

defenderla del óxido y la roña

de la famosa pátina del tiempo

del relente y del oportunismo
de los proxenetas de la risa


defender la alegría como un derecho

defenderla de dios y del invierno

de las mayúsculas y de la muerte

de los apellidos y las lástimas

del azar

y también de la alegría.



Mario Benedetti.

Penultimo Mensaje del Suicida Indeciso.


¿Que sinrazones tengo par irme?

vivo colgado del amor y desfallezco

me bato con el prójimo a sablazos

vigilo el horizonte de brujas y acredores

en vano tallo el grito, la roca, la paciencia,

ya no soporto el mar de los felices

me hundo en el subsuelo de la tranquilidad

soborno a mi conciencia con clemencia y basura.


Todavía no sé si abrir el gas

o volarme la tapa de los sesos


Como veréis malditos

se trata del penúltimo mensaje

porque el siguiente

que no es el último

apenas si dirá:

"aquí estoy de vuelta

vida de mierda

dame por undécima ves

la bienvenida"



Mario Benedetti.

Despues de Todo.


Después de todo -pero después de todo-

sólo se trata de acostarse juntos,

se trata de la carne,

de los cuerpos desnudos,

lámpara de la muerte en el mundo.


Gloria degollada, sobreviviente

del tiempo sordomudo,

mezquina paga de los que mueren juntos.


A la miseria del placer, eternidad,

condenaste la búsqueda, al injusto

fracaso encadenaste sed,

clavaste el corazón a un muro.


Se trata de mi cuerpo al que bendigo,

contra el que lucho,

el que ha de darme todo

en un silencio robusto

y el que se muere y mata a menudo.


Soledad, márcame con tu pie desnudo,

aprieta mi corazón como las uvas

y lléname la boca con su licor maduro.



Jaime Sabines.


Poema de la Despedida.


Te digo adiós, y acaso te quiero todavía.

Quizá no he de olvidarte, pero te digo adiós.

No sé si me quisiste... No sé si te quería...

O tal vez nos quisimos demasiado los dos.


Este cariño triste, y apasionado, y loco,

me lo sembré en el alma para quererte a ti.

No sé si te amé mucho... no sé si te amé poco;

pero sí sé que nunca volveré a amar así.


Me queda tu sonrisa dormida en mi recuerdo,

y el corazón me dice que no te olvidaré;

pero, al quedarme solo, sabiendo que te pierdo,

tal vez empiezo a amarte como jamás te amé.


Te digo adiós, y acaso, con esta despedida,

mi más hermoso sueño muere dentro de mí...

Pero te digo adiós, para toda la vida,

aunque toda la vida siga pensando en ti.



Jose Angel Buesa.

Te Acordarás.


Te acordarás un día de aquel amante extraño

que te beso en la frente para no hacerte daño.


Aquel que iba en la sombra con la mano vacía,

porque te quiso tanto que no te lo decía.


Aquel amante loco que era como un amigo

y que se fue con otra para soñar contigo


Te acordarás un día de aquel extraño amante,

profesor de horas lentas, con alma de estudiante.


Aquel hombre lejano que volvió del olvido

solo para quererte como nadie ha querido.


Aquel que fue ceniza de todas las hogueras

y te cubrió de rosas sin que tu lo supieras.


Te acordarás un día del hombre indiferente

que en las tardes de lluvia te besaba en la frente,


Viajero silencioso de las noches de estío

que sembraba en la arena su corazón tardío.


Te acordarás un día de aquel hombre lejano,

del que más te ha querido porque te quiso en vano.


Quizás así de pronto te acordarás un día

de aquel hombre que a veces callaba y sonreía.


Tu rosal preferido se secará en el huerto

como para decirte que aquel hombre se ha muerto.


El andará en la sombra con su sonrisa triste

y únicamente entonces sabrás que lo quisiste.



José Angel Buesa.

Soneto 12.


Morir es retirarse, hacerse a un lado,

ocultarse un momento, estarse quieto,

pasar el aire de una orilla a nado

y estar en todas partes en secreto.


Morir es olvidar, ser olvidado,

refugiarse desnudo en el discreto

calor de Dios, y en su cerrado

puño, crecer igual que un feto.


Morir es encenderse bocabajo

hacia el humo y el hueso y la caliza

y hacerse tierra y tierra con trabajo.


Apagarse es morir, lento y aprisa,

tomar la eternidad como a destajo

y repartir el alma en la ceniza.



Jaime Sabines.

Chau Numero Tres.


Te dejo con tu vida

tu trabajo tu gente

con tus puestas de sol y tus amaneceres.


Sembrando tu confianza

te dejo junto al mundo

derrotando imposibles

segura sin seguro.


Te dejo frente al mar

descifrándote a solas

sin mi pregunta a ciegas

sin mi respuesta rota.


Te dejo sin mis dudas

pobres y malheridas

sin mis inmadureces

sin mi veteranía.


Pero tampoco creas a pie juntillas todo,

no creas nunca creas este falso abandono.


Estaré donde menos lo esperes

por ejemplo en un árbol añoso de oscuros cabeceos.


Estaré en un lejano horizonte sin horas

en la huella del tacto

en tu sombra y mi sombra.


Estaré repartido en cuatro o cinco pibes

de esos que vos mirás y enseguida te siguen.


Y ojala pueda estar

de tu sueño en la red esperando tus ojos y mirándote.



Mario Benedetti.



El Amenazado.


Es el amor.

Tendré que ocultarme o que huir.

Crecen los muros de su cárcel, como en un sueño atroz.

La hermosa máscara ha cambiado, pero como siempre es la única.

¿De qué me servirán mis talismanes: el ejercicio de las letras,

la vaga erudición, el aprendizaje de las palabras que usó el áspero Norte

para cantar sus mares y sus espadas, la serena amistad,

las galerías de la biblioteca, las cosas comunes, los hábitos,

el joven amor de mi madre, la sombra militar de mis muertos,

la noche intemporal, el sabor del sueño?

Estar contigo o no estar contigo

es la medida de mi tiempo.

Ya el cántaro se quiebra sobre la fuente, ya el hombre se levanta a la voz del ave,

ya se han oscurecido los que miran por las ventanas,

pero la sombra no ha traído la paz.

Es,

ya lo sé,

el amor: la ansiedad y el alivio de oír tu voz, la espera y la memoria,

el horror de vivir en lo sucesivo.

Es el amor con sus mitologías, con sus pequeñas magias inútiles.

Hay una esquina por la que no me atrevo a pasar.

Ya los ejércitos me cercan, las hordas. (Esta habitación es irreal; ella no la ha visto.)

El nombre de una mujer me delata.

Me duele una mujer en todo el cuerpo.


Jorge Luis Borges.

Irse.


Cada vez que te vayas de vos misma,

no olvides que te espero

en tres o cuatro puntos cardinales.

Siempre habrá un sitio, dondequiera,

con un montón de bienvenidas,

todas te reconocen desde lejos

y aprontan una fiesta tan discreta

sin cantos, sin fulgor, sin tamboriles,

que sólo vos sabrás que es para vos.

Cada vez que te vayas de vos misma,

procurá que tu vida no se rompa

y tu otro vos no sufra el abandono.


Y por favor no olvides que te espero,

con este corazón recién comprado

en la feria mejor de los domingos.

Cada vez que te vayas de vos misma

no destruyas la vía de regreso

volver es una forma de encontrarse

y así verás que allí también te espero.



Mario Benedetti.

No Te Des Por Vencido.

Si te postran diez veces, te levantas

otras diez, otras cien, otras quinientas;

no han de ser tus caídas tan violentas

ni tampoco, por ley, han de ser tantas.

Con el hambre genial con que las plantas

asimilan el humus avarientas,

deglutiendo el rencor de las afrentas

se formaron los santos y las santas.

Obcecación asnal, para ser fuerte,

nada más necesita la criatura,

y en cualquier infeliz se me figura

que no mellan los garfios de la suerte

...¡ Todos los incurables tienen cura

cinco minutos antes de su muerte !


No te des por vencido, ni aún vencido,

no te sientas esclavo, ni aún esclavo;

trémulo de pavor, piénsate bravo,

y acomete feroz, ya mal herido.

Ten el tesón del clavo enmohecido

que ya viejo y ruin, vuelve a ser clavo;

no la cobarde estupidez del pavo

que amaina su plumaje al primer ruido.

Procede como Dios que nunca llora;

o como Lucifer, que nunca reza;

o como el robledal, cuya grandeza

necesita del agua, y no la implora...

Que muerda y vocifere vengadora,

ya rodando en el polvo, tu cabeza !


Esta vida mendaz es un estrado

donde todo es estólido y fingido,

donde cada anfitrión guarda escondido

su verdadero ser tras el tocado:

No digas tu verdad ni al más amado,

no demuestres temor ni al más temido,

no creas jamás que te hayan querido

por más besos de amor que te hayan dado.

Mira cómo la nieve se deslice

sin una queja de su labio yerto,

cómo ansía las nubes del desierto

sin que a ninguno su ansiedad confíe:

Maldice de los hombres, pero ríe;

vive la vida plena, pero muerto.


Como una sola estrella no es el cielo,

ni una gota que salta, el Océano,

ni una falange rígida, la mano,

ni una brizna de paja, el santo suelo:

tu gimnasia de jaula no es el vuelo,

el sublime tramonto soberano,

ni nunca podrá ser anhelo humano

tu miserable personal anhelo.

Qué saben de lo eterno las esferas?

de las borrascas de la mar, las gotas ?

de puñetazos, las falanges rotas ?

de harina y pan, las pajas de las eras ?...¡

Detén tus pasos Lógica, no quieras

que se hagan pesimistas los idiotas !



Almafuerte.

Mentira Extrasensorial.

No me mires. Por favor, no lo hagas.

Esos ojos, asquerosamente brillosos, acumulando neblina del alma.


¡NO!


Ponete de espaldas, acercame tus pálpitos y decímelo.

Te lo pido a gritos.

Decime que olvidaste el olor del sahumerio, del pochoclo, del semáforo.

Que no hay bosquejo del futuro que nos contemple aproximados.

Decime que aprendiste, que reís al ver el trailer de esta tragicomedia.

Que me odiás, me aborrecés, me negás.

Decime, amor, que tu vida no me cuenta. Que todo fue fugaz y los retazos se desvanecieron en la atmósfera.

Que no vendrás, que desconocés el camino, ese que borraste con tu inestabilidad.

Decime todo esto.Todo esto y más.

Matame a palabras.

Acribillame a verdades.

No dejes que imagine, que especule.

No te justifiques ni me crucifiques.

Asesiná a mi yo que te pertenece, aquel que siente y sangra, que agoniza y extraña.

Mutilá mis convicciones, desterrá a la incertidumbre.


Matame. Matalo.


Velemos este guión.


Pero no me mires, te lo pido por favor.


Daniela Bani

-

Se que no va a serte de mucha gracia que suba un escrito tuyo a mi Blog, pero siempre dije que admiraba tu manera de escribir, no solo por lo literal de ellos, sino porque siempre das en el clavo de lo que me pasa Aunque no dejes nunca, nunca, el rastro de alguna solución al problema.
Pero es increible lo que me transmiten tus escritos.
Ademas, te fuiste antes de que pudiera pedirtelo prestado, solo por esta noche.

Sin Titulo.


Hay entre tantos otros algún nosotros en quien creer,

Hay entre tanta calle alguna puerta.

Hay quien te vende su jardín,
Hay quien te quiere hundir,

Hay quien te puede despertar...

Hay quien apoya nuestra vida y nunca lo va a
saber.

hay quien nos arruina cada día.


Hay quien nos pone trabas y se asusta con nuestro andar,

hay quienes caminan sin mirar.

Hay entre tanta gente algunos ojos que saben ver,

hay entre tantos otros un nosotros cierto,
alguien con un nosotros aparecerá, porque en algún momento,
porque en cualquier lugar está.


Hay entre tanto ruido algún amigo con quien callar,

hay quien consigue lo que quiere, hay quien acepta lo que hay,

hay quien se deja estar, hay quien se aleja solo.


Hay quien no sale nunca de su cárcel de ir y venir,

hay quien se queja siempre de su suerte,

hay quien fabrica mil mentiras para poder ganar,

hay quien no miente nunca y gana igual.



Casa de Yuelze, Castelar.

Si...


Si guardas en tu puesto la cabeza tranquila,

cuando todo a tu lado es cabeza
perdida.

Si tienes en ti mismo una fe que te niegan,

y no desprecias nunca las dudas que ellos tengan.

Si esperas en tu puesto, sin fatiga en la espera;

si engañado, no engañas, si no buscas más odio,

que el odio que te tengan...

Si eres bueno, y no finges ser mejor de lo que eres;

si al hablar no exageras lo que sabes y quieres.

Si sueñas, y los sueños no te hacen su esclavo;

si piensas y rechazas lo que piensas en vano.

Si tropiezas el Triunfo, si llega tu Derrota,

y a los dos impostores los tratas de igual forma.

Si logras que se sepa la verdad que has hablado,

a pesar del sofisma del Orbe encanallado.

Si vuelves al comienzo de la obra perdida,

aunque esta obra sea la de toda tu vida.

Si arriesgas en un golpe y lleno de alegría

tus ganancias de siempre a la suerte de un día ;

y pierdes y te lanzas de nuevo a la pelea,

sin decir nada a nadie de lo que es y lo que era.

Si logras que tus nervios y el corazón te asistan,

aun después de su fuga de tu cuerpo en fatiga,

y se agarren contigo cuando no quede nada

porque tú lo deseas y lo quieres y mandas.


Si hablas con el pueblo, y guardas tu virtud,

Si marchas junto a Reyes con tu paso y tu luz.

Si nadie que te hiera, llega a hacerte la herida.

Si todos te reclaman y ni uno te precisa

Si llenas el minuto inolvidable y cierto,

de sesenta segundos que te lleven al cielo...

Todo lo de esta tierra será de tu dominio,

y mucho más aún : serás Hombre, ¡hijo mío!



Rudyard Kipling.

Razones.


No vives ya de sinrazones.

¿Tan sola estabas, alma mía?

El alba nueva no traía,

para acunarte, sus canciones.


Llega la luz de otras regiones

sin la hermosura que solía.

Mala alegría es la alegría

que nos abrasa los corazones.


¿Dentro de ti la buscas? ¿Llevas

dentro de ti su llama? ¿Elevas

de tu noche su mediodía?
¿Has de matar todas las cosas?

¿Cortar, para olerlas, las rosas?

¿Tan sola estabas, alma mía?



José Hierro.

El Adiós.


Entró y se inclinó hasta besarla

porque de ella recibía la fuerza.


(La mujer lo miraba sin respuesta.)


Había un espejo humedecido

que imitaba la vida vagamente.

Se apretó la corbata,

el corazón,

sorbió un café desvanecido y turbio,

explicó sus proyectos

para hoy,

sus sueños para ayer y sus deseos

para nunca jamás.


(Ella lo contemplaba silenciosa.)


Habló de nuevo. Recordó la lucha

de tantos días y el amor

pasado. La vida es algo inesperado,dijo.

Más frágiles que nunca las palabras.

Al fin calló con el silencio de ella,

se acercó hasta sus labios

y lloró simplemente sobre aquellos

labios ya para siempre sin respuesta.



José Angel Valente.



Amor, Amor.


Anda libre en el surco, bate el ala en el viento,

late vivo en el sol y se prende al pinar.

No te vale olvidarlo como al mal pensamiento:

¡lo tendrás que escuchar!


Habla lengua de bronce y habla lengua de ave,

ruegos tímidos, imperativos de amar.

No te vale ponerle gesto audaz, ceño grave:

¡lo tendrás que hospedar!


Gasta trazas de dueño; no le ablandan excusas.

Rasga vasos de flor, hiende el hondo glaciar.

No te vale decirle que albergarlo rehúsas:

¡lo tendrás que hospedar!


Tiene argucias sutiles en la réplica fina,

argumentos de sabio, pero en voz de mujer.

Ciencia humana te salva, menos ciencia divina:

¡le tendrás que creer!


Te echa venda de lino; tú la venda toleras;

te ofrece el brazo cálido, no le sabes huir.

Echa a andar, tú le sigues hechizado aunque vieras

¡que eso para en morir!



Gabriela Mistral

Fabricas del Amor.


Y construí tu rostro.

Con adivinaciones del amor, construía tu rostro

en los lejanos patios de la infancia.

Albañil con vergüenza,

yo me oculté del mundo para tallar tu imagen,

para darte la voz,

para poner dulzura en tu saliva.

Cuántas veces temblé

apenas si cubierto por la luz del verano

mientras te describía por mi sangre.

Pura mía,

estás hecha de cuántas estaciones

y tu gracia desciende como cuántos crepúsculos.

Cuántas de mis jornadas inventaron tus manos.

Qué infinito de besos contra la soledad

hunde tus pasos en el polvo.

Yo te oficié, te recité por los caminos,

escribí todos tus nombres al fondo de mi sombra,

te hice un sitio en mi lecho,

te amé, estela invisible, noche a noche.

Así fue que cantaron los silencios.

Años y años trabajé para hacerte

antes de oír un solo sonido de tu alma.


Juan Gelman

Escribo En El Olvido.


Escribo en el olvido

en cada fuego de la noche

cada rostro de ti.

Hay una piedra entonces

donde te acuesto mía,

ninguno la conoce,

he fundado pueblos en
tu dulzura,

he sufrido esas cosas,

eres fuera de mí,

me perteneces extranjera.

Juan Gelman

Hasta Mañana.


Voy a cerrar los ojos en voz baja

voy a meterme a tientas en el sueño.

En este instante el odio no trabaja

para la muerte que es su pobre dueño

la voluntad suspende su latido

y yo me siento lejos, tan pequeño


que a Dios invoco, pero no le pido

nada, con tal de compartir apenas

este universo que hemos conseguido


por las malas y a veces por las buenas.

¿Por qué el mundo soñado no es el mismo

que este mundo de muerte a manos llenas?


Mi pesadilla es siempre el optimismo:

me duermo debíl, sueño que soy fuerte,

pero el futuro aguarda. Es un abismo.


No me lo digan cuando me despierte.



Mario Benedetti.

El Aguafiestas Falta Sin Aviso.


Tal vez se le olvidó tu santo y seña,

después de todo no es tan importante,

no va a flamear el cielo por su ausencia,

ayúdate, secúndate, solázate.

búscate en la quimera de los otros,

inventa tus estrellas y repártelas,

besa los nombres en sus dos mejillas,

deja que el corazón te elija el mundo,

abrázate del miedo y no lo sueltes,

vuélvete persuasión, cautela, magia,

vuélvete sombra pero no te envicies,

sálvate de turbiones y de nieblas,

ponte el otoño con su sol de gala,

libérate en las manos que te avisan,

descúbrete en los ojos que te nombran.

ya no vendrá, deslígate, distánciate.

de su resuello de sus sortilegios,

de sus malas noticias, de su rabia,

no dejes que te ensalme de amargura,

defiende como loba tu alegría.

el tiempo no diseña el pasatiempo,

el canto no reclama el desencanto,

el viento no vindica el aspaviento,

la fiesta no perdona al aguafiestas.
Mario Benedetti

Ayer.


Ayer pasó el pasado lentamente

con su vacilación definitiva

sabiéndote infeliz y a la deriva

con tus dudas selladas en la frente.


ayer pasó el pasado por el puente

y se llevó tu libertad cautiva

cambiando su silencio en carne viva

por tus leves alarmas de inocente.


ayer pasó el pasado con su historia

y su deshilachada incertidumbre

con su huella de espanto y de reproche.


fue haciendo del dolor una costumbre

sembrando de fracasos tu memoria

y dejándote a solas con la noche.



Mario Benedetti.

Darse Cuenta.


Me levanto una mañana,

salgo de mi casa,

hay un pozo en la vereda,

no lo veo, y caigo en él.


Día siguiente...

salgo de mi casa,

me olvido que hay un pozo en la vereda,

y vuelvo a caer en él.


Tercer día,

salgo de mi casa tratando de acordarme

que hay un pozo en la vereda,

sin embargo no lo recuerdo, y caigo en él.


Cuarto día,

salgo de mi casa tratando de acordarme

del pozo en la vereda,

lo recuerdo,

y a pesar de eso,

no veo el pozo y caigo en él.


Quinto día,

salgo de mi casa, recuerdo que tengo que tener presente

el pozo en la vereda

y camino mirando al piso,

y lo veo

y a pesar de verlo, caigo en él.


Sexto día, salgo de mi casa,

recuerdo el pozo en la vereda,

voy buscándolo con la vista,

lo veo,

intento saltarlo, pero caigo en él.


Séptimo día,

salgo de mi casa

veo el pozo,

tomo carrera,

salto,

rozo con las puntas de mis pies el borde del otro lado,

pero no es suficiente y caigo en él.


Octavo día,

salgo de mi casa,

veo el pozo,

tomo carrera,

salto, llego al otro lado!

Me siento tan orgulloso de haberlo conseguido,

que festejo dando saltos de alegría...y al hacerlo,

caigo otra vez en el pozo.


Noveno día,

salgo de mi casa,

veo el pozo,

tomo carrera,

lo salto, y sigo mi camino.


Décimo día

me doy cuenta

recién hoy

que es más cómodo caminar

por la vereda de enfrente.




Jorge Bucay

Gotán.


Esa mujer se parecía a la palabra nunca,

desde la nuca le subía un encanto particular,

una especie de olvido donde guardar los ojos,

esa mujer se me instalaba en el costado izquierdo.


Atención atención yo gritaba atención

pero ella invadía como el amor, como la noche,

las últimas señales que hice para el otoño

se acostaron tranquilas bajo el oleaje de sus manos.


Dentro de mí estallaron ruidos secos,

caían a pedazos la furia, la tristeza,

la señora llovía dulcemente

sobre mis huesos parados en la soledad.


Cuando se fue yo tiritaba como un condenado,

con un cuchillo brusco me maté

voy a pasar toda la muerte tendido con su nombre,

él moverá mi boca por la última vez.



Juan Gelman.

Compañeros de Ruta