Impetú



Mas no todo ha de ser ruina y vacío. No todo desescombro ni deshielo. 
Encima de este hombro llevo el cielo, 
y encima de este otro, un ancho río 
de entusiasmo. Y, en medio, el cuerpo mío, 
árbol de luz gritando desde el suelo. 
Y, entre raíz mortal, fronda de anhelo, 
mi corazón en pie, rayo sombrío. 


Sólo el ansia me vence. Pero avanzo 
sin dudar, sobre abismos infinitos, 
con la mano tendida: si no alcanzo 
con la mano, ¡ya alcanzaré con gritos! 
y sigo, siempre, en pie, y así, me lanzo 
al mar, desde una fronda de apetitos. 





Blas de Otero.

Compañeros de Ruta