Llamó a mi corazón un claro día.



Llamó a mi corazón, un claro día, 
con un perfume de jazmín, el viento.


  —A cambio de este aroma, 
todo el aroma de tus rosas quiero.


  —No tengo rosas; flores 
en mi jardín no hay ya; todas han muerto.


  -- Me llevaré los llantos de las fuentes, 
las hojas amarillas y los mustios pétalos. 
Y el viento huyó... Mi corazón sangraba...


Alma, ¿qué has hecho de tu pobre huerto?



Antonio Machado

Compañeros de Ruta